Wednesday, August 19, 2009

Thirty-three



Háblame en una lengua que pueda yo escuchar,
Dame gusto antes de que tenga que partir. Muy dentro, en mis pensamientos, voy perdonándote y a todos, mientras las calles, rebozantes de gente, me dan la bienvenida una vez más...

Sé bien que no hay forma de no llegar a tiempo, la cena espera servida en la mesa. Mañana tan sólo está a una excusa de distancia, así que alzaré este cuello mío y encararé el frío... solo.

La tierra se ríe bajo mis pesados pies, por la blasfemia que supone este gentil camino, y por un momento me pierdo a mi mismo, envuelto en los placeres del mundo.
He viajado por aquí, por allá, y de regreso; y en cada recodo he reencontrado a un viejo amigo, y misterios que estoy listo ahora para revelar, y condescendencias que estoy listo para devolver.

Sé que lo lograré, sé que puede durar para siempre, en tanto que los graciosos cisnes del jamás sigan estrujándome fuerte contra la tierra. Mañana está a tan sólo una excusa de distancia, si, pero tú...

tú puedes hacer que dure por siempre, tú... por siempre tú.

Desmadrando Calabazas

1 comment:

Amla Led Senoiculover said...

En un lago de terrosidad incomparable, sale aquel catalizador como un cisne. Acelera en sus desdenes y sus magnitudes una mirada, una palabra, muchas acciones. Esa tremenda racionalidad, que no le corresponde a la inestablilidad que te da la refrescante briza de una tormenta, permite que tus rumbos adquieran un poco de certeza, certidumbres. Allí, en los anhelos que no podemos cumplir porque nos atan, es que se encuentra este lago de tierra y lodo. En medio de él, alzándose como un cisne, se encuentra el que posee la capacidad de hacer las cosas eternas.